CARTA DE ENRIQUE J. VILA AL CARDENAL ROUCO VARELA
TEXTO ÍNTEGRO DE LA CARTA REMITIDA AL CARDENAL ROUCO VALERA, PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL.
" Estimado y Excelentísimo Señor,
Mi asociación SOS Raíces, representa a un colectivo amplísimo de
ciudadanos españoles, que en su día fueron adoptados o inscritos como
hijos falsos, y que en la actualidad quieren ejercer su derecho
constitucional y civil fundamental (artículo 39 Constitución y 180,5 del
Código Civil), a descubrir sus orígenes biológicos.
Asimismo
le escribo por delegación de otras asociaciones de adoptados y niños
robados, que así me lo han solicitado expresamente, como Alumbra, SOS
bebés robados de país vasco, navarra, castilla-león, comunidad
valenciana, catalunya, y región de murcia, y Adelante Bebés Robados.
Durante casi veinte años, hemos defendido desde nuestro despacho y
nuestra asociación, este derecho sagrado cuyo fin último es conocer,
agradecer y abrazar a la mujer que con valentía nos trajo al mundo. En
este sentido, hemos dado pasos muy importantes, y en la actualidad en el
80 % de supuestos, cualquier persona adoptada puede acceder a la
identidad de su madre biológica, tras los preceptivos trámites
administrativos o judiciales que garanticen en cumplimiento de la
legalidad y la intimidad de todas las partes implicadas.
Sin
embargo, y de ahí esta carta que ahora le dirijo, uno de los obstáculos
más férreos que aún nos encontramos en el ejercicio de este derecho a
saber, es cuando los archivos en los que consta la identidad de esa
madre, son archivos eclesiales.
En estos casos, parte de sus
responsables se niegan aún hoy en día a facilitar el cumplimiento de la
Ley, y ni tan siquiera con órdenes judiciales entregan los datos de las
mujeres que dieron a luz en sus instituciones. O cuanto menos,
dificultan hasta la extenuación de los interesados, la entrega de dichos
datos.
Al margen de consideraciones morales, creemos que la
Iglesia ha de cumplir estrictamente con la legalidad constitucional
vigente. Y estas actitudes oscurantistas o arbitrarias de determinados
sectores minoritarios del clero, además de frustrar los legítimos
derechos de los hijos que buscamos, no hacen otra cosa que sembrar la
duda sobre las últimas motivaciones de esa negación de información. Por
desgracia, en tiempos tan convulsos en los que vivimos en los que el
drama de los “niños robados” está sacudiendo la sociedad, negar
información a los adoptados legales sobre sus madres biológicas incluso
en contra de una orden judicial, levanta sospechas posiblemente
infundadas sobre las pretéritas actividades de las religiosas en los
trámites de las adopciones.
El caso más reciente, el de la
Casa Cuna Santa Isabel de Valencia ( calle Misericordia, 8, Valencia)
regentado por las Religiosas Siervas de la Pasión, en el que pese a que
la institución tiene conocimiento desde el pasado 16 de octubre de 2012
del auto judicial que les obliga a entregar los datos de las madres
biológicas a 21 personas nacidas allí, aún a fecha de hoy no han
cumplido la resolución del Juzgado de Primera Instancia 9, sumiendo a
los hijos en un estado de ansiedad de forma muy poco piadosa. Se da
asimismo la curiosa circunstancia que la misma orden religiosa de
Barcelona, cumplió de inmediato con una orden judicial similar, y
entregó los nombres de las madres biológicas a 11 catalanes.
No toda la Iglesia pues, está actuando de forma ilegal y oscurantista.
Pero entendemos que los reductos que se oponen al cumplimiento de la ley
y al esclarecimiento de la verdad, como la Casa Cuna Santa Isabel de
Valencia, suponen una mancha y una siembra de duda respecto al colectivo
eclesial.
Por eso le rogamos, que dentro de sus atribuciones y
obligaciones institucionales, REQUIERA DE INMEDIATO a dicha Casa Cuna,
como a todas las demás instituciones religiosas que sigan su ilegal
actitud en las decenas de procesos judiciales que están abiertos en toda
España, para que cumplan las resoluciones judiciales de inmediato,
facilitando el acceso a los archivos interesados. Asimismo, para que
colaboren con la justicia en la investigación de cualquier asunto de
robo de bebés o de adopciones irregulares.
Además de ser una
petición meramente legal, es un ejercicio de humanidad y caridad en los
que ustedes deberían dar ejemplo, permitiendo que madres e hijos se
reencuentren para agradecerse mutuamente la vida y el amor que
naturalmente se profesan.
Atentamente,
Valencia, cuatro de diciembre de dos mil doce.
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