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lunes, 11 de febrero de 2013

Lo único que puede calmar el dolor de las madres es el reencuentro

entrevista a Enrique J. Vila Torres
"Ver entre rejas al desalmado que te ha separo de tus hijos puede satisfacerte"
El abogado de S.O.S Bebés Robados relata las vivencias de las madres y denuncia que los culpables de la trama continúan libres.                                                                                                                                                                                      




Entre los años cuarenta y los ochenta miles de niños de España fueron arrebatados a sus madres nada más nacer. Enrique J. Vila Torres, abogado de S.O.S Bebés Robados, relata en "Mientras duró tu ausencia" (Temas de hoy) la impunidad con la que durante años supuestamente la Casa Cuna Santa Isabel de VAlencia, al igual que otras instituciones y clínicas, coaccionó y sustrajo niños a las madres que iban a dar a luz. Se trata de una historia real, la de María, que nació en el mismo centro religioso donde alumbró años más tarde a una niña a la que ni siquiera pudo ver en el momento de su nacimiento. J. Vila es autor también de "Bastardos" (Arco Press) e "Historias robadas" (Temas de Hoy).

- La parte más importante de su novela transcurre en Casa Cuna Santa Isabel de Valencia, una instirución que todavía funciona.
- Ahora mismo acoge a mujeres embarazadas que luego dan a luz en un hospital público. Pero en las fechas de la novela las mujeres estaban allí tres o cuatro meses para ocultar su embarazo y alumbraban allí mismo. En la novela cuento, por ejemplo, los malos tratos psíquicos y psicológicos que recibían.

-¿Por qué escogió el caso de María para su novela?
- María dio a luz en la Casa Cuna Santa Isabel de Valencia sin ni siquiera saber que años antes ella también había nacido allí. Con 50 años empieza su doble búsqueda: por un lado, la de su madre y, por el otro, la de la hija que fue obligada a dar en adopción.

-En la actualidad las cosas en esta casa cuna son diferentes.
-Sí, porque allí ya no se hacen partos, y aunque algunas de ls monjas que salen en la novela todavía vien allí - una de ellas es la madre superiora- todo ha cambiado mucho. No obstante, he recibido quejas de una madre que dice que fue presionada recientemente para entregar a su hijo. Pero esto es difícil porque ya no hay partos dentro de la casa cuna y porque ahora la administración interviene en todas las adopciones.

-¿Qué tipo de mujeres acuden a la casa cuna?
-Mujeres extranjeras y sin recursos económicos. Las monjas las ayudan y en el momento de dar a luz son trasladadas al Hospital General de Valencia.

-¿Qué tipo de mujeres acogía durante los años en que se robaban niños?
-Había chicas de todos los estatus sociales. La casa cuna cobraba por dar asilo a las madres y también a los padres que recogían a los bebés. Se hacían facturas por la atención médica y asistencial y también recibía cuantiosas donaciones, tanto por parte de los padres que dejaban a sus hijas para ocultar el embarazo como los que iban a buscar a los bebés.

-....
- Yo creo que era un precio por la compra del bebé que se disfrazaba de donación. Hay una anécdota de una chica nacida allí cuyos padres adoptivos vendieron un campo de naranjos para poder hacer entrega de la donación.

-¿Los padres no sospechaban de la procedencia del bebé?
- No eran tontos, había gente que no tenía ni la más remota idea, porque también hay hijos adoptados legalmente que fueron robados, es decir, el origen del bebé solo lo conocía el director del centro donde había nacido; otros padres lo inscribían como hijo proppio sin realizar ningún trámite de adopción, evidentemente sabían que algo raro había, que no era tan fácil conseguir un niño de una forma tan rápida. Sin embargo, considero que la mayoría de ellos pensaban que la madre lo entregaba voluntariamente y que, la madre biológica se beneficiaba del dinero que ellos pagaban.

-Usted también nació en aquella casa cuna hace 47 años, ¿cuál es su caso?
- La protagonista del libro, María, es la única persona viva que conozco que coincidió físicamente con mi madre biológica, ya que su parto fue en abril de 1965 y yo nací en mayo de 1965. Es la única pista real que tengo de ella porque por el momento las monjas no se han decidido a revelar su identidad.

-¿Está seguro que su madre es esa mujer?
- Muy posiblemente, porque las únicas pistas que me han dado mis padres adoptivos es que era del norte de España. La chica que identifico como Begoña en el libro era de Navarra y durante un tiempo estuvo carteándose con maría.

-¿Qué sabe de los motivos que llevaron a su madre a entregarlo en adopción?
- Parece ser que se quedó embarazada de su novio, pero el recuerdo de María se nubla un poco, han pasado muchos años.... Solo recuerda que vivía en la calle Estafeta de Pamplona y que tenía un apellido vasco, tampoco está muy segura de su nombre, lo he tenido que inventar en el libro. Pero dice que mi aspecto físico le recuerda un poco a ella.

-¿Qué sentimientos albergan los padres y los hijos que nunca llegaron a conocerse a causa de esta trama?
- No sé si soy robado o no porque quizá mi madre me entregara voluntariamente. Llevo casi 20 años ayudando a los afectados a reencontrarse y puedo asegurar que el 80% de ls madres que entregaron a sus hijos estaban coaccionadas. Luego, están las mujeres a quienes les dijeron que sus hijos habían nacidos muertos y, en realidad, fueron dados en adopción. El sentimiento es de tristeza e impotencia. Todos tenemos derecho a encontrar nuestros orígenes y dar un abrazo a la persona que nos trajo al mundo.

-¿Cuántos reencuentros ha habido hasta el momento?
- Cientos, seguro. Desde el año 1999 encontrar a tu familia biológica es relativamente fácil. Hay que tener una orden judicial para acceder a los archivos, es un proceso que puede durar un tiempo, pero al final se consigue. No sé la cifra exacta porque hay dos millones de adoptados en España, más los niños robados, pero la verdad es que están habiendo centenares de reencuentros.

- ¿Qué supuso la publicación de los archivos de la Casa Cuna Santa Isabel de Barcelona, precursora de la de Valencia?
- La madre superiora, Sor Milagros, no quería entregar los nombres de las madres biológicas, pero pusimos una demanda civil en nombre de once afectados y, finalmente, acató la orden judicial. Estos afectados ya están conociendo a sus madres. Ahora vamos a hacer lo mismo en Valencia. Lo que es importante es que los nombres están y los pueden dar si un juez les obliga. Teníamos miedo de que se negara o dijese que había destruido los ficheros. Sor Milagros fue bastante honrada y los entregó. Esperamos que en Valencia hagan lo mismo.

- Pero no es siempre igual de fácil.
- En el caso de los niños robados es mucho más complicado porque muchas veces no saben ni siquiera donde nacieron realmente. Imagínese que fue robado en la clínica San Ramón de Madrid. Sus padres adoptivos pudieron inscribirlo en cualquier registro civil como hijo biológico.

- Solo una prueba de ADN puede aclarar los orígenes.
- Actualmente, hay dos bancos privados de ADN suficientemente amplios, pero es como buscar una aguja en un pajar.

- El Ministerio de Justicia se ha comprometido a crear un censo de posibles afectados y una base de datos para cotejar los perfiles genéticos, ¿cree que esto ayudará a solucionar el problema?
- Esto suena muy bien, pero el ministerio lo que va a hacer es incorporar las pruebas de los resultados genéticos de laboratorios privados a una base de datos del instituto toxicológico, pero no pagará las pruebas, simplemente va a cotejarlas y centralizarlas. Está bien si se consigue, pero no facilita demasiado la labor, el dinero seguirá saliendo del bolsillo de los afectados. Lo ideal sería que las pruebas de ADN fueran pagadas por el Estado. Quitar también las tasas de las exhumaciones sería de gran ayuda.

- ¿Hay algún motivo para no investigar a fondo que no sea económico?
- Creo que el Gobierno sí que quiere ayudar a que encontremos a nuestros familiares, pese no a que los responsable de los robos sean condenados.

- Muchos de ellos continúan ejerciendo de ginecólogos y comadronas....
- Sí, sí, es cierto. Conozco el caso de un tejano que fue robado en Málaga y nos explica cómo el médicos que lo robó sigue ejerciendo. Es una cosa increíble.

- Hace pocos días vimos a la primera monja encausada por los niños robados, Sor María.
- Ha sido una noticia importante, pero para mí es una cortina de humo. Hay más imputados: médicos, comadronas, pero a la opinión pública le llama mucho la atención el tema de una monja, aunque no sea la pieza del puzzle más importante. Ya declaró en su día el doctor Vela, de la clínica San Ramón, y no se armó este revuelo. A mí me preocupa mucho más que más del 50% de los casos se están archivando por falta de pruebas o por prescripción.

- ¿Por qué esto es así?
- Hay presiones, indudablemente, no nos dejemos engañar. En esta trama hay implicados, gente muy poderosa de la derecha más reaccionaria, grupos de poder económicos y, por supuesto, de la Iglesia. Todavía estos poderes existen. Hay un claro interés en que esto se olvide y se pase página.

- ¿Qué pasos positivos se han hecho desde el punto de vista judicial?
- Hay muchos fiscales que están investigando a fondo, algunos ejemplos son la imputación de Sor María, las exhumaciones de cadáveres, las pruebas de ADN que se han ordenado... Pero hay otros fiscales que están archivando casos sin realizar ni una sola diligencia. Tenemos fiscales que están haciendo una labor excelente, como en Barcelona, pero otros fiscales no lo están haciendo tan bien.

- ¿ Qué cree que se debería de hacer para investigar más a fondo la trama?
- Sobre todo hay que luchar contra la prescripción. La mejor investigación la puede hacer la justicia. Un juez tiene todas las armas para saltarse la ley de protección de datos, para pedir pruebas, hacer exhumaciones, llamar a los imputados, pero si se considera que el caso ha prescrito... Debería de haber un criterio unánime por parte del Fiscal General del Estado y los políticos deberían de valorar si es necesario modificar el código penal.

- ¿Algo puede apaciguar el dolor creado por esta tragedia?
- El hecho de ver entre rejas al desalmado que te ha separado de tus hijos puede satisfacerte, pero el dolor que estoy viendo en las madres que sospechan que les arrebataron pueden estar por ahí es muy duro. Lo único que puede calmarlo es el reencuentro, pero todos los años que ha durado la separación no tiene precio.

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