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miércoles, 2 de enero de 2013

CARTA DE ENRIQUE J. VILA AL CARDENAL ROUCO VARELA

TEXTO ÍNTEGRO DE LA CARTA REMITIDA AL CARDENAL ROUCO VALERA, PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL.



" Estimado y Excelentísimo Señor,

Mi asociación SOS Raíces, representa a un colectivo amplísimo de ciudadanos españoles, que en su día fueron adoptados o inscritos como hijos falsos, y que en la actualidad quieren ejercer su derecho constitucional y civil fundamental (artículo 39 Constitución y 180,5 del Código Civil), a descubrir sus orígenes biológicos.

Asimismo le escribo por delegación de otras asociaciones de adoptados y niños robados, que así me lo han solicitado expresamente, como Alumbra, SOS bebés robados de país vasco, navarra, castilla-león, comunidad valenciana, catalunya, y región de murcia, y Adelante Bebés Robados.

Durante casi veinte años, hemos defendido desde nuestro despacho y nuestra asociación, este derecho sagrado cuyo fin último es conocer, agradecer y abrazar a la mujer que con valentía nos trajo al mundo. En este sentido, hemos dado pasos muy importantes, y en la actualidad en el 80 % de supuestos, cualquier persona adoptada puede acceder a la identidad de su madre biológica, tras los preceptivos trámites administrativos o judiciales que garanticen en cumplimiento de la legalidad y la intimidad de todas las partes implicadas.

Sin embargo, y de ahí esta carta que ahora le dirijo, uno de los obstáculos más férreos que aún nos encontramos en el ejercicio de este derecho a saber, es cuando los archivos en los que consta la identidad de esa madre, son archivos eclesiales.

En estos casos, parte de sus responsables se niegan aún hoy en día a facilitar el cumplimiento de la Ley, y ni tan siquiera con órdenes judiciales entregan los datos de las mujeres que dieron a luz en sus instituciones. O cuanto menos, dificultan hasta la extenuación de los interesados, la entrega de dichos datos.

Al margen de consideraciones morales, creemos que la Iglesia ha de cumplir estrictamente con la legalidad constitucional vigente. Y estas actitudes oscurantistas o arbitrarias de determinados sectores minoritarios del clero, además de frustrar los legítimos derechos de los hijos que buscamos, no hacen otra cosa que sembrar la duda sobre las últimas motivaciones de esa negación de información. Por desgracia, en tiempos tan convulsos en los que vivimos en los que el drama de los “niños robados” está sacudiendo la sociedad, negar información a los adoptados legales sobre sus madres biológicas incluso en contra de una orden judicial, levanta sospechas posiblemente infundadas sobre las pretéritas actividades de las religiosas en los trámites de las adopciones.

El caso más reciente, el de la Casa Cuna Santa Isabel de Valencia ( calle Misericordia, 8, Valencia) regentado por las Religiosas Siervas de la Pasión, en el que pese a que la institución tiene conocimiento desde el pasado 16 de octubre de 2012 del auto judicial que les obliga a entregar los datos de las madres biológicas a 21 personas nacidas allí, aún a fecha de hoy no han cumplido la resolución del Juzgado de Primera Instancia 9, sumiendo a los hijos en un estado de ansiedad de forma muy poco piadosa. Se da asimismo la curiosa circunstancia que la misma orden religiosa de Barcelona, cumplió de inmediato con una orden judicial similar, y entregó los nombres de las madres biológicas a 11 catalanes.

No toda la Iglesia pues, está actuando de forma ilegal y oscurantista. Pero entendemos que los reductos que se oponen al cumplimiento de la ley y al esclarecimiento de la verdad, como la Casa Cuna Santa Isabel de Valencia, suponen una mancha y una siembra de duda respecto al colectivo eclesial.

Por eso le rogamos, que dentro de sus atribuciones y obligaciones institucionales, REQUIERA DE INMEDIATO a dicha Casa Cuna, como a todas las demás instituciones religiosas que sigan su ilegal actitud en las decenas de procesos judiciales que están abiertos en toda España, para que cumplan las resoluciones judiciales de inmediato, facilitando el acceso a los archivos interesados. Asimismo, para que colaboren con la justicia en la investigación de cualquier asunto de robo de bebés o de adopciones irregulares.

Además de ser una petición meramente legal, es un ejercicio de humanidad y caridad en los que ustedes deberían dar ejemplo, permitiendo que madres e hijos se reencuentren para agradecerse mutuamente la vida y el amor que naturalmente se profesan.

Atentamente,


Valencia, cuatro de diciembre de dos mil doce.

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