Expertos discrepan en el Parlamento sobre la existencia de robos de bebés
El presidente de la Sociedad Aranzadi cree que es una «leyenda urbana» y considera casi «imposible» que haya casos en Euskadi
12.05.12 - 02:23 -
Cientos de familias que se consideran víctimas de la
presunta trama de robo de bebés están viviendo atónitas el giro en el
caso que han provocado las declaraciones del presidente de la Sociedad
de Ciencias Aranzadi. Francisco Etxeberria, que también es profesor de
Medicina Legal en la Universidad del País Vasco (UPV), aseguró ayer que
«no se ha podido probar» ningún caso de bebé robado en Euskadi, que es
prácticamente «imposible» que esto haya llegado a ocurrir en la sanidad
pública vasca y que, en todo caso, ha podido haber «irregularidades» en
ciertas adopciones.
Etxeberria compareció ayer en la comisión de estudio
constituida en el Parlamento vasco para investigar los supuestos robos
de bebés durante el régimen franquista y las primeras décadas de la
democracia -hay algún caso incluso de 1993-. La Cámara acabó
convirtiéndose en escenario de un debate científico en el que la clave
está en los féretros encontrados vacíos. Durante los últimos meses se
han llevado a cabo en diferentes cementerios de la comunidad autónoma -y
también en el resto de España- varias exhumaciones con las que se
trataba de determinar si realmente había habido enterramientos falsos en
ciertos supuestos sospechosos. Es decir, casos de mujeres a quienes se
les había dicho que sus bebés habían fallecido después del parto, o que
directamente habían nacido muertos, y que sospechaban que esos pequeños
habían sido vendidos a otras familias.
Pues bien, hasta el momento había trascendido que seis
tumbas habían aparecido vacías y, según explicaban los técnicos, eso
demostraba que allí nunca había habido un cadáver. Es decir, que existía
engaño. La tesis es la misma que ayer defendió en la Cámara de Vitoria
el director del Instituto Vasco de Medicina Legal, Carlos Cubero, y el
jefe del servicio de patología del mismo organismo, Luis Miguel
Querejeta: el tiempo transcurrido habría provocado en los restos
«degradación, pero no su desaparición». Es decir, que si no se
encontraron restos óseos es porque nunca hubo huesos allí.
Sin embargo, el presidente de la Sociedad de Ciencias
Aranzadi rechazó esta tesis. Según explicó Etxeberria, no es imposible
la degradación completa del cuerpo de un recién nacido, sobre todo, si
se trata de un prematuro. Además, desveló que en tres de los seis casos
de exhumaciones hay serias discrepancias entre la información que ha
trascendido al público y lo que realmente arrojaron los análisis. Así,
en el caso del cementerio de Itsasondo no es que se hayan localizado
restos, sino que ni se encontró el féretro porque se habían realizado
obras en la zona. En la exhumación de Polloe, en el féretro había una
pinza de cordón umbilical, una pulsera de recién nacido «sin cortar» y
una tela en la que podría haber estado envuelto el cuerpo. Por último,
en el caso de Derio también había una pinza del cordón umbilical, una
tela y puparios, lo que, a su juicio, demostraría que allí hubo un
cuerpo que se habría descompuesto.
Compraventa consentida
Ante este panorama, Etxeberria llegó a calificar de
«leyenda urbana» el convencimiento de miles de familias de que existió
una red dedicada al robo de bebés. Es más, el reconocido forense lamentó
que en los últimos tiempos se haya generado una «psicosis» entre
mujeres que creen haber estado expuestas al esta presunta mafia. Una de
las consideraciones que más ha dolido a quienes sospechan ser víctimas
de una trama es la que se refiere a que sí podrían haber existido
compraventas a madres que no iban a poder atender a los pequeños o que
no querían hacerse cargo de ellos. Sí cree Etxeberria que pudo haber
«irregularidades» como, por ejemplo, que un ginecólogo hubiese firmado
la documentación de un nacimiento sin haber estado presente en el parto.
Eso sí, el presidente de Aranzadi admitió que puede estar
equivocado. En caso de que se demostrase que es así, se trataría de su
«mayor decepción», ya que, aseguró, el robo de seres humanos «es el
crimen más grave».
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