COMPARECENCIA EN EL PARLAMENTO VASCO
El jefe de Pediatría del Hospital Donostia considera muy «improbable» el robo de bebés
Fachada del Hospital Donostia, donde trabaja Joseba Landa./ Archivo
Explicó en el Parlamento vasco que «es imposible a todas luces» que ocurra en un centro público
16.06.12 - 02:10 - M. F. V. | VITORIA.
Landa compareció ayer ante la comisión parlamentaria que investiga los casos de bebés robados y adopciones irregulares entre los años 1940 y 1990, a la que también acudieron los jefes de celadores de los hospitales Donostia, Cruces y Álava. El responsable de Pediatría del centro guipuzcoano explicó que lleva trabajando en el centro sanitario desde 1983, aunque también se ha interesado por casos anteriores y que está convencido de que es «muy improbable» que se hayan podido producir desapariciones o robos de niños en un hospital público porque hay «multitud de personas».
Resaltó, además, que el Hospital Donostia está colaborando con el juez y la Fiscalía facilitándoles los libros de registro que son de uso interno y tienen el acceso restringido porque aparecen datos de otras personas. Según explicó, al comienzo del conflicto las asociaciones de afectados se pusieron en contacto con la dirección del hospital pero finalmente rechazaron conversar porque «rehúyen a hablar con gente que tenga versiones distintas».
El especialista recordó que ha mantenido contactos con media docena de familiares que lo solicitaron para explicarles los informes y aclararles sus dudas. Landa defendió que las diferencias entre los datos de las asociaciones y de los centros tienen que ver con que los facultativos hablan con criterio técnico y científico, mientras que las asociaciones elaboran textos y llevan a cabo actuaciones que «no puedo compartir», subrayó.
Celadores
Los celadores que acudieron ayer a la comisión parlamentaria corroboraron los controles que se siguen en los hospitales para evitar irregularidades. El jefe de celadores del Hospital Donostia, Máximo Pérez Gurruchaga, que trabaja en el centro desde 1979, comentó que los bebés fallecidos se trasladan de la misma forma que los adultos, aunque precisó que los de menos de 500 gramos y los fetos inferiores a 180 días se incineraban si no eran reclamados. Aseguró que no hay constancia de que se hubieran producido incineraciones que no cumplieran esas características.
El jefe de celadores de Cruces, Diego Pérez Corro, explicó que cuando se les entregan los cuerpos para incinerar están en contenedores especiales herméticos. «Todo fallecido se llevaba a registro y se anotaba». En el caso de que se hiciera cargo una funeraria, «siempre había una hoja de salida que reflejaba este movimiento».
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